" Un hombre del pueblo de Neguá, en la costa de Colombia, pudo subir al cielo. A la vuelta, contó. Dijo que había contemplado, desde allá arriba, la vida humana. Y dijo que somos un mar de fueguitos.- El mundo es eso - reveló-. un montón de gente, un mar de fueguitos. Cada persona brilla con la luz propia entre todas las demás. No hay dos fuegos iguales. Hay gente de fuegos grandes y fuegos chicos y fuegos de todos los colores. Hay gente de fuego sereno, que ni se entera del viento, y gente de fuego loco, que llena el aire de chispas; algunos fuegos, fuegos bobos, no alumbran ni queman, pero otros arden la vida con tantas ganas que no se puede mirarlos sin parpadear, y quien se acerca se enciende." (Fragmento de "El libro de los abrazos", de Eduardo Galeano)
Mi amigo Tato estudia letras en la universidad, y va a todos lados con su guitarra a cuestas. Es un devoto lector de Eduardo Galeano, y como él, piensa que todos somos chispas, fueguitos que brillan con luz propia entre todos los demás.
Escribe canciones a raíz de lo que lee, y las acompaña de notas musicales con su eterna compañera.
Tato siempre sonríe, porque sabe que los libros y la música son su escuela, su compañía, sus herramientas para caminar por la vida...

"(...) No nos da risa el amor cuando llega a lo más hondo de su viaje, a lo más alto de su vuelo: en lo más hondo, en lo más alto, nos arranca gemidos y quejidos, voces del dolor, aunque sea jubiloso dolor, lo que pensándolo bien nada tiene de raro, porque nacer es una alegría que duele. "
Fuente: El poder de la palabra (www.epdlp.com) |
Me pregunto que clase de fuego soy, quizá uno de color azul. Lindos muñecos me encantan.
ResponderEliminarNos vemos en el camino.
Tchau
Muchas gracias Vicky!!
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